Pasaron las dos primeras jornadas del juicio, pero en lugar de volver a La Rioja, donde tiene su residencia, José Fernando "Chenga" Gómez decidió quedarse en Tucumán hasta la semana próxima. Dice que está tranquilo. "Tengo una paz y una tranquilidad interior que muchas personas no deben tener, sobre todo aquellos que han mentido -afirma-. Siempre discuto con mis abogados, porque trato de no callarme. Este es mi momento para hablar, para desmentir en la cara a aquellos que han mentido. Creo que toda la mentira -insiste- está en la etapa investigativa, desde que comenzó todo esto".
Gómez está alojado en un hospedaje de la ciudad. Es un hotel distinto del que eligió su abogado, Jorge Cáceres. Sin embargo, para la entrevista, "Chenga" decide hablar en el hotel donde se hospeda Cáceres. "No soy quién para juzgar lo que hicieron en la etapa de instrucción -señala-. Para eso están los jueces. Ahora, mis abogados y yo tenemos que lograr que salga a la luz los que han hecho muy mal las cosas, que han inducido a personas para montar esta semejante causa, pero la verdad que no estoy intranquilo".
"Chenga" tiene 30 años y cuatro hijos con distintas mujeres. Niega que haya tenido un hijo con Marita Verón. "El tema de los hijos, para mi es algo muy fuerte: a todos mis hijos, los amo. Si hubiese tenido... si hubiese conocido a Marita Verón y hubiese tenido un hijo, como dicen, nunca hubiese negado porque es tremendo negar a un hijo, pero yo nunca la conocí a Marita Verón, nunca supe que estuvo en La Rioja y eso que La Roja es chiquita y todo se sabe -remarca-. Entonces de ahí uno dice por qué tanta mentiras, que la secuestraron... cuando me trajeron detenido aquí (a Tucumán) yo no conocía esta provincia".
Venta de comidas
Gómez es uno de los 13 imputados en la causa. Asegura que actualmente vive de lo que recauda en su local comercial dedicado a la venta de comidas. "Tengo una lomitería -detalla-, donde se venden hambuguesas, milanesas, pizzas, y lo que es bebidas gaseosas y nada más".
Respecto de cómo comenzó a funcionar la whisquería Candilejas, "Chenga" dice que a su madre Lidia Irma Medina (acusada de ser dueña de varios locales que funcionban como burdeles) le dieron un terreno y con el paso del tiempo logró construir el local. "Empezó a construirlo a través de su trabajo, primero tuvimos una verdulería, después tuvimos un barcito (sic) con mesa de pool y así se empezó a construir... después ella ya pudo tener su propio negocio -afirma-, porque la actividad de whisquería en La Rioja es legal. No es que vos tenés un bar poll y hacés funcionar una whisquería. Allá está legalizado".
¿Cómo funcionaba el local Candilejas?", se le consulta. "Los negocios de allá, en las whisquerías, que son tipo boliches bailables porque hoy está mucho más moderno en el sentido de lo que es la estructura de los negocios, pero en su momento era un salón, había mesas, se les vendía sánguches (sic) de milanesa, los clientes van, toman la cerveza, las chicas lo acompañana y nada más que eso", afirma.
Cáceres, el abogado defensor, escucha con atención la entrevista, pero no interviene en ningún momento. ¿En la whisquería Candilejas había prostitución? es la siguiente consulta. "No. en ninguna de las whisquerías. Ni en las que estaban antes, ni en la que están hoy se ejercen la prostitución porque no es esa la actividad de la whisquería. Si las mujeres se prostituyen salen de ahí -asegura- y se van a otro lado, pero eso no lo saben ni los propios dueños".